Para nuestra querida, vieja y viajera furgoneta Peugeot, te jubilan, te llevan al desguace.
Querida furgoneta Peugeot, ya no te veremos por esos polvorientos caminos, ni por esas carreteras de Dios.
De tan viejecita que estabas ya necesitabas un “achuchón” para ponerte a andar.
Tú, que tantas y tantas veces nos llevaste a nuestro destino en tus lomos.
Sobre tus lomos no sólo llevaste a los “trastos parlantes”, sino también a los otros.
Querida furgoneta Peugeot, tú ahora estarás en el cielo de las furgonetas, pero, sobre todo, sobre todo, estarás siempre en nuestro recuerdo. (Emilio)
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