Cómo dicen en la famosa canción de Castellón a Almassora…, pues nosotros decimos de Castellón a la Albufera….
Un día de junio salimos hacia la ciudad del Turía, la ciudad de las artes y de las ciencias y también de las fallas, un grupo de usuarios del Maset de Frater que teníamos en mente ir a visitar la Albufera de Valencia y de hecho la vitamos.
Valencia, esa gran ciudad española, Mediterránea y también como no, el hogar de nuestra gran amiga y fisioterapeuta Davinia y hogar de muchos valencianos y valencianas.
Una vez allí el guía, nos puso al corriente de todo lo que respecta a la Albufera, nos comentó que los árabes habían introducido el sistema de regadío.
También nos comentó que de las tres extensiones que ocupa el lago de la Albufera, son los arrozales los que más extensión ocupan. También nos contó que la mayor extensión de arrozales que hay en España está situada en la desembocadura del río Ebro, nos dijo también que el arroz se trajo de Asia.
Acabadas las explicaciones cada grupo nos embarcamos en una embarcación adaptada, barca que nos llevó a través de ocho kilómetros hasta una Barraca.
Allí nos explicaron la historia de la Barraca, nos comentaron también que estaba decorada de modo distinto a otros días porque estaban grabando una película y un poco más tarde nos invitaron a entrar. Entramos y pudimos contemplar algunos enseres de una cocina antigua y un dormitorio también de la época.
Ya en el lugar en donde teníamos que comer tres chicas nos explicaron la historia de la casa, a la cual iban mucho los reyes.
También nos contaron una historia de un militar y una serpiente, pero un día, este tuvo que partir hacia la guerra y cuando el militar regreso la serpiente de tan contenta que se puso de volver a ver de nuevo a su amo le dio un abrazo tan fuerte que acabo por asfixiarlo. Y acabado todo regresamos a Castellón.
Emilio Martínez
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